Adolfo Lozano Olazabal falleció en el campo de concentración de Gusen-Mauthausen

 

"...fueron derrotados por el ejército franquista y se exiliaron por temor a la represión, y de todas las víctimas de la guerra civil el suyo fue el destino mas trágico, cruel, humillante...sin armas, sin uniforme ni jerarquía militar, sin legalidad alguna que los amparara, muy a pesar no fueron considerados refugiados políticos ni prisioneros de guerra después...en los campos fueron apátridas porque Franco se negó a reconocerlos y se les impuso el triangulo azul reservado a los deportados, no el rojo que llevaron con orgullo prisioneros políticos de otras nacionalidades...son hombres que formaron parte de una cierta elite.... porque todos sabían escribir y leer y porque procedían de familias conocidas entre la militancia republicana de base". (Vilanova:31)

 

Adolfo de cerca

 

Adolfo Roque Lozano Olazabal nació en Villabona el 27 de septiembre de 1897. Se dedicaba a la enseñanza, y ejerció como profesor en Hernani. Adolfo hizo la mili en 1918, y en ese período, murieron su padre y su madre con apenas dos meses de diferencia. Su único hermano decidió irse a Miami como jugador de cesta punta.En esa situación, teniendo en cuenta que se había quedado solo en Villabona, decidió quedarse en el ejército y completar allí sus estudios. En un principio, terminó los estudios para ser brigada, pero poco a poco fue subiendo de grado dentro del ejército. Se casó el 26 de mayo de 1936 con Concepción Bengoa, en San Sebastián. Tuvieron solo una hija, de nombre Concepción. Hasta el momento de casarse, Adolfo vivió en el cuartel de Infantería situado en San Sebastián.

 

Pero dos meses después de su boda, estalló la guerra. Destinaron a Adolfo a Barcelona. Su esposa, Concepción, también partió a Barcelona. Murió el 7 de noviembre de 1941 en el campo de concentración de Gusen-Mauthausen (Austria). Según consta en su partida de nacimiento, nació en el 57 de la calle Nagusia; actualmente, allí solo hay un solar, ya que derribaron el edificio. Su padre, Juan, era carabinero, y su madre, Joakina, se dedicaba a las labores del hogar. Tras la mili, en 1918, decidió continuar en el ejército, y en tanto militar, participó de forma directa en la guerra. Durante la Guerra Civil[1], fue teniente de artillería (en la 32.ª División y en la 137.ª Brigada mixta). La 137.ª Brigada mixta se formó en mayo de 1937, como reserva del ejército del Este. Participó de forma directa en la que se conoce como batalla del Ebro[2]. Luchó en los Países Catalanes, principalmente.

La ofensiva llevada a cabo en Barcelona fue el principio del fin para los republicanos, sobre todo para los combatientes. Adolfo tuvo que pasar la frontera, junto con casi medio millón de personas. Así empezó el periplo por diversos campos de concentración europeos. Primero en Francia y después en Austria. Para entonces ya era cabo, y participaba en la artillería. 

 

Sin embargo, después de que los republicanos perdieran la guerra, la venganza contra los militares y los responsables políticos que se posicionaron a favor de la República fue terrible. Muchos trataron de huir, también Adolfo, pero lo apresaron y conoció varias cárceles y campos de concentración: Saint-Cyprien, Gurs, Tréveris, Mauthausen y Gusen. De hecho, falleció en el campo de Gusen. Adolfo no se unió a ningún partido concreto. Desarrolló su trayectoria militar a favor de la II República, y es evidente que su prioridad fue defenderla. 

 

 

 

 

Empadronamiento del Registro Municipal de Villabona donde consta el nombre de Adolfo. El empadronamiento lo firma el alcalde de la época, Pedro Mutio. Fuente: Archivo Municipal de Villabona, 1918.

 

 

 

zigilua

Sello del batallón en el que combatió Adolfo. Fuente: Aritza Kultur Elkartea.

 

La vida militar y el compromiso que mantenía con el ejército apenas permitieron a Adolfo disfrutar de la vida familiar. Aunque su hija Concepción tiene muy presente la imagen de su padre (actualmente vive en San Sebastián), no llegó a conocerlo. Adolfo vio a su hija por última vez cuando ella tenía cinco años. Sin embargo, contaba con 19 años cuando supo oficialmente de la muerte de su padre.

Mauthausen-Gusen-Austria

"...De los 7200 prisioneros españoles en el campo de concentración nazi de Mauthausen 5000 murieron en el y solo unos 2200 vivieron para ser liberados..." (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 16).

El mencionado campo de concentración se inauguró en el verano de 1940, como complemento de otros campos construidos por los nazis (es evidente que los nazis fueron unos buenos aliados de Franco). Geográficamente, estaba ubicado en la pequeña localidad de Mauthausen, a unos 20 kilómetros de Linz.
Los dos campos principales, Mauthausen y Gusen I, fueron los dos únicos campos de toda Europa calificados como campos de “Grado III”, lo que significaba que eran los campos más duros para los “enemigos políticos incorregibles del Reich”. Los campos formaron uno de los primeros campos de concentración masivos en la Alemania nazi. Fueron los últimos en ser liberados por los aliados occidentales o la Unión Soviética.
Adolfo Lozano fue categorizado como Red Spanish War Volunteer. Cuando los alemanes ocuparon el norte de Francia, la policia secreta del Estado (la Gestapo) detuvo a muchos republicanos y los dispersó por diversos campos de concentración.

¿Cómo llegó Adolfo a esos campos de concentración?

Después de hacer el servicio militar en 1918, se presentó voluntario. Durante la Guerra Civil, Adolfo fue teniente de Artillería de la 32º División y 137ª Brigada Mixta. La Brigada Mixta se crea en mayo de 1937, como reserva del Ejército del Este. La ofensiva de Barcelona fue para muchos dirigentes del bando republicano el principio del fin, sobre todo para la masa combatiente. Ahí estaba Adolfo. Alrededor de medio millón de republicanos se vieron obligados a cruzar la frontera. Así comenzó el periplo por los campos de concentración de toda Europa. Primeramente, fue conducido a Francia. Posteriormente, llegaría a Austria. Para entonces ya es Cabo y pertenece a Artillería.

El presente documento demuestra que combatió como voluntario. La 137 Brigada Mixta se creó en mayo de 1937 como reserva del Ejército del Este. Participó en la batalla del Ebro, en la primera línea defensiva de Aragón. Sufrió importantes pérdidas que la obligaron a retirarse por Los Monegros. Una vez fortalecida, se desplazó hacia Cataluña. A medida que Franco avanzaba, se dirigió a Francia. Arriba, orden dirigida a Adolfo para que regresara al batallón tras las vacaciones de Navidad; la orden la recibió el alcalde de Villabona. Fuente: Archivo Municipal de Villabona, 1919.

 

Perdida la guerra: deportación

 

Adolfo Lozano Olazabal estuvo recluido en el Stalag XII D (Tréveris). El 3 de abril de 1941 lo llevaron al campo de concentración de Mauthausen, y de allí al de Gusen. En el primero, su número de preso era el 4148, y en el segundo, el 12998.Como se puede comprobar en el siguiente documento, Adolfo murió en el campo de concentración de Gusen el 7 de noviembre de 1941. Según se lee, la causa de la muerte fue una bronconeumonía. De todas formas, los trabajadores del archivo del Memorial afirman que el día y la causa de la muerte no son fiables muchas veces.

 

Adolfo, como tantos otros republicanos, había estado en campos de concentración del estado francés; cuando los alemanes ocuparon Francia, la Policía Secreta del Estado, más conocida como Gestapo, lo apresó.

Identificaron a Adolfo como Red Spanish War Volunteer. Se utilizaba esa denominación para hacer referencia a quienes habían luchado en España a favor de la República. Detuvieron a muchos republicanos en los campos de concentración franceses; cuando los alemanes se hicieron con el norte de Francia, la Gestapo apresó a muchos de ellos, y los trasladó a sus campos de concentración. El jefe de la Gestapo, Heinrich Himmler, ordenó custodia protegida (protective custody) para los republicanos detenidos. Himmler y Franco se conocían directamente; de hecho, Franco lo invitó a San Sebastián.

 

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                                                                                                                                                        Fuente: Archivo del Mauthausen Memorial, 2014.

 

"Para los internos, este "mundo de Mauthausen" estaba aislado del mundo exterior por muros, alambre de espino, torres de vigilancia y cordones de centinelas pero también por las barreras del idioma, el desconocimiento de la ubicación geográfica, el uniforme de preso (de rayas) y la actitud de los pobladores de la zona, generalmente adversa." (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 19).

 Campos de concentración de Mauthausen-Gusen: campos para destruir al ser humano

Entraréis por la puerta: saldréis por la chimenea

...De los 7200 prisioneros españoles en el campo de concentración nazi de Mauthausen 5000 murieron en él y solo unos 2200 vivieron para ser liberados... (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 16)

 Los primeros presos llegaron a estos campos de concentración el 8 de agosto de 1938; los nazis los construyeron como complemento a otros campos (es evidente que los nazis fueron excelentes aliados de Franco). Está situado en el pequeño pueblo de Mauthausen, a 20 kilómetros de Linz (Austria). Eligieron esa ubicación porque al lado había una cantera de granito.Lo completa el campo de concentración de Gusen, situado al lado de Mauthausen. Se clasificaron como campos de grado III a nivel europeo, lo que significa que se consideraban los campos más duros de entre todos los diseminados por el continente. Estaban dirigidos a los “enemigos políticos incorregibles del Reich”. El objetivo de esos campos de concentración era retener y castigar a los opositores políticos e ideológicos dispersados por Europa, es decir, a los contrarios al régimen establecido. Fueron los campos con mayor tasa de mortalidad. Además, de los campos creados en la Alemania nazi, estos eran los más habitados. Fueron los últimos campos que liberaron los aliados occidentales y Rusia. Categorizaron a Adolfo Lozano como Red Spanish War Volunteer, lo que supuso que sufriera acoso y represión en su contra. Como le ocurrió a él, cuando los alemanes ocuparon el norte de Francia, la Policía Secreta del Estado (la Gestapo) detuvo a muchos republicanos que huían de España tras finalizar la guerra, y los enviaron a diferentes campos de concentración.

 

Durante 1942 y 1943, los campos se prepararon para ofrecen mano de obra a empresas con objetivos bélicos, y se organizaron para el trabajo forzado. Así, para llevar a cabo diferentes tareas, los nazis organizaron diversos subcampos dentro de cada campo de concentración. En 1945, había 84.000 detenidos entre los campos de Mauthausen y Gusen. En Mauthausen había ciudadanos de toda Europa, si bien la mayoría eran polacos, rusos y húngaros. También había algunos vascos. El centro de la vida en el campo de concentración era la cantera de granito. Allí debían trabajar hasta que los encontrara la muerte. Había una escalera que separaba la cantera y los barracones. En la cantera, los detenidos tenían que valerse de un pico para extraer el granito, y con esa materia prima se construían edificios y mausoleos en Alemania (Vilanova: 71).

 

El trabajo forzado ocupaba un lugar destacado en la ideología nazi, ya que era la base de su pensamiento represivo. Los nazis tenían claro que la forma más adecuada de castigar y quitarse de en medio al enemigo era el trabajo forzado. Y eso es lo que aplicaban. Los detenidos trabajaban hasta la muerte. Llevaban una mochila con cuerdas y pedruscos de más de 30 kg; tenían que sacarlos por la escalera mientras los guardias y los vigilantes les golpeaban en la espalda y los empujaban. Subían la escalera unas 10 o 12 veces al día.

 

Además de Adolfo, hubo otro villabonatarra en estos campos de concentración: Alberto Beafourt Barrengedo.

 

Para los internos, este "mundo de Mauthausen" estaba aislado del mundo exterior por muros, alambre de espino, torres de vigilancia y cordones de centinelas pero también por las barreras del idioma, el desconocimiento de la ubicación geográfica, el uniforme de preso (de rayas) y la actitud de los pobladores de la zona, generalmente adversa. (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 19)

 

Tras la muerte de Adolfo, su esposa y su hija tuvieron que continuar con sus vidas. Al principio residieron en Eibar, y más adelante en San Sebastián. Allí es donde vive actualmente Concepción, la hija de Adolfo. Su madre, también Concepción, consiguió una ayuda económica gracias a la mediación de un abogado afincado en París pero de origen alemán; asimismo, pudo realizar el trámite para solicitar una pensión en concepto de indemnización. En 1960, recibió un documento del gobierno alemán donde se concretaba la aportación que debía recibir como compensación por los daños causados por la guerra. Tal y como consta en ese documento, recibieron una orden de transferencia de un banco de Zúrich, e ingresaron el dinero directamente en su cuenta a petición del gobierno alemán. Se trataba de la pensión de orfandad de su hija. Una pensión de carácter vitalicio.


Ciudadanos vascos en el campo de concentración de Mauthausen

 

Ciudadanos vascos fallecidos en Mauthausen, por regiones.
Fuente: Gara, 2010.

 

 

“No se caracterizó exclusivamente por el terror y total control directo de las SS, aun cuando la violencia siempre estuvo estructural y físicamente presente; en todo momento era posible morir y ser asesinado. No obstante las cosas eran probablemente, del todo distintas para ciertas categorías de internos como, por una parte, los “prominentes” del campo (los Kapos), sus ayudantes y amigos los “privilegiados”, y por otra, los llamados “parias”, el estrato más bajo de los “prisioneros normales”. La tasa de mortandad variaba asimismo dependiendo de los periodos y de los Kommandos; fue especialmente elevado entorno a 1942...” (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 17).

 

Otros villabonatarras también sufrieron el horror de los campos de concentración


Según la información que obra en nuestro poder, al menos otras ocho personas sufrieron el horror de los campos de concentración. Adolfo fue el único que no consiguió sobrevivir.

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Adolfo en Gurs: campo des basques

 

Antes de llegar a la Austria ya invadida por la Alemania nazi, Adolfo envió una carta a su esposa el 26 de abril de 1939; tal y como se puede leer en la carta, conoció entonces el campo de concentración de Gurs (Islote C- Barracón 6 Campamento de Gurs).En ella explica a su familia cuál es la situación, y trata de transmitirles tranquilidad.

 

En Gurs comenzó la dura y eterna huida de Adolfo, de forma similar a como ocurrió a otros muchos vascos. El campo de concentración de Gurs se construyó en marzo de 1939, para los refugiados de todas partes de España que se encontraban en el pueblo de Bearne.Dado que se encontraba en la frontera de Euskal Herria, el primero objetivo fue dar cobijo a los ciudadanos vascos. Aun así, tras perder Cataluña, albergó a fugitivos de todos los lugares, y se convirtió en el campo de concentración más grande de Francia.Inmediatamente después del comienzo de la Segunda Guerra Mundial, el gobierno francés internó a ciudadanos alemanes y a enemigos de otros países en el campo de concentración de Gurs, así como a franceses peligrosos por motivo de su ideología.  Tras el armisticio del 22 de junio de 1940, el gobierno de Vichy recluyó allí a los judíos que no eran franceses, hasta que fueran deportados a Alemania. Lo cerraron definitivamente en 1946.Tal y como expresaban las autoridades francesas de la época, también se le conocía como campo des basques, aunque hubo brigadistas internacionales o aviadores de origen español. Todos ellos formaron parte del primer campo de Gurs. El escritor catalán Lluis Ferran de Pol[1] escribía observaciones en los campos de Saint-Cyprien y Barcares (también en Francia), y recuerda de esta forma a los vascos en su memoria-diario: “Los vascos pasan por ser una raza fuerte, sana, de anchas espaldas y brazos nervudos. Hoy en esta fina madrugada primaveral, alineados para partir hacia un campo que se organiza para ellos solos, no tienen el aspecto bravo que me habían explicado. ¿Cuándo dejaré de soñar? Son unos hombres flacos, cansados, maltrechos. Ni ellos han podido resistir tan duras pruebas”. Cuando se concretó la ubicación de Gurs, solo faltaban dos semanas para que terminara la Guerra Civil (el 15 de marzo de 1939). Durante los primeros días de abril, los trenes franceses trasladaron a miles de vascos hasta la estación más cercana: Oloron-Saint-Marie. Fueron unos 4178 vascos, y todos venían de otros campos: Argelès, Barcares y Saint-Cyprien, principalmente. El viaje lo realizaron en la recién creada La Société Nationale des Chemins de Fer, más conocida como SNCF. Al bajarse del tren, los mandatarios locales los saludaron.

 

Estaba pensado para las aproximadamente 15.000 personas que venían desde Argelès, Barcares y Saint-Cyprien. Ese número lo formaban también personas procedentes de campos de concentración no tan conocidos.

Lo construyeron en 42 días y emplearon un esquema similar al de Barcares; el elemento principal de la vida en el campo eran los barracones. Las medidas eran de 24 metros de alto por 6 de ancho, aunque el espacio útil real era de 2,5 metros. Eran de madera.

 

Los trabajos forzados en la dictadura franquista


En España el trabajo forzado se presento a la opinión publica y a los mismos condenados como un camino de conversión moral y espiritual, mientras la iglesia católica bendecía a las tropas franquistas por su cruzada contra los republicanos, considerados ateos, comunistas, masones: "nos hacían formar para mentalizarnos para la regeneración de esas ideas criminales marxistas, para el nuevo sistema nacional, sindicalista, católico”. (Vilanova: 42)
Los Batallones de Trabajadores eran unidades disciplinarias en las que se llevaban a cabo trabajos forzados. 1937. Surgieron a mediados de 1937 y se utilizaban para internar a personas presuntamente hostiles al ejército franquista. Por esos centros pararon medio millón de personas. El primer campo de concentración construido por Franco estuvo localizado en Ceuta y el último en Burgos, en Miranda de Ebro (clausurado en 1947).
Existieron tres tipos diferentes de batallones disciplinarios donde se realizaron trabajos forzados. En todos ellos, fueron utilizados prisioneros procedentes de campos de concentración, que fueron encuadrados en batallones militarizados de entre 500 y 1000 individuos, al mando de un comandante y bajo una rígida disciplina.
El primero son los denominados Batallones de Trabajadores de Prisioneros de Guerra (BB.TT.). Son creados a mediados de 1937 (como la inspección de Campos de Concentración) como respuesta a la acumulación de prisioneros de guerra republicanos. Estuvieron en funcionamiento hasta mediados de 1940, fecha en la que fueron liberados los últimos prisioneros de guerra (algunos permanecieron tres años recluidos). Los trabajos desempeñados son múltiples. Inicialmente fueron obligados a trabajar en los frentes, recuperando material o construyendo trincheras y posiciones, hecho que provocaba muchas bajas y también un alto número de fugas. Rápidamente son trasladados a la retaguardia, donde realizarán obras en carreteras, vías de tren y, en menor medida, trabajarán en fábricas y minas contribuyendo al esfuerzo bélico rebelde. Al finalizar la guerra serán esenciales en la reconstrucción de infraestructuras, motivo por el cual el régimen mantuvo a la mayoría de BB.TT. en funcionamiento hasta que los sustituyó por otras unidades, como ahora veremos.
El segundo tipo son los Batallones Disciplinarios de Trabajadores (BDT), que son los menos conocidos por la dificultad de diferenciarlos de los otros dos. Cuando en mayo-junio de 1940 se liberó a los prisioneros que levaban más de un año recluidos (es decir, a los que cayeron en manos franquistas por hechos de guerra), el resto de prisioneros que había se reagruparon en unos pocos BDT. Estos eran en su mayoría soldados y civiles republicanos que habían vuelto del exilio en Francia desde la primavera del 39; también había detenidos por denuncias o por sus antecedentes políticos a los que no se había podido encausar por ningún delito y fueron enviados (por lo general durante un año) a trabajos forzados como castigo menor. Estuvieron activos sobre todo en la segunda mitad de 1940, aunque se sabe que algunos perduraron hasta 1942.
Por último, nos quedan los Batallones Disciplinarios de Soldados Trabajadores (BDST), a menudo confundidos con los BT-BDT ya que son una clara continuación de estos en cuanto a estructura y funcionamiento. También los trabajos realizados fueron similares, sobre todo la reconstrucción de infraestructuras y los inicios de la fortificación del Pirineo y el Estrecho. Creados con los mandos y escoltas de los BT cuando estos fueron disueltos, estarán en activo hasta el fin de año de 1942. La gran diferencia respecto a los otros dos es el personal que formará parte de ellos. Serán mozos de las quintas de 1936 a 1941 (los nacidos entre 1915-1920) que realizarán el servicio militar interrumpido por la guerra. El régimen ordenó que se hiciera una clasificación político-social de todos los mozos referidos, para que aquellos que resultaran considerados desafectos por las autoridades locales fueran destinados no a unidades regulares del ejército, sino a los BDST, siguiendo, de esta forma, con los trabajos forzados de los que el régimen no podía prescindir.

En el lugar en el que Adolfo falleció hay actualmente un memorial. El objeto del mismo es que las atrocidades allí cometidas no caigan en el olvido. Allí hay una parte de Villabona. http://www.mauthausen-memorial.at/

Campo de concentración de Mauthausen

"Mauthausen-Survivors". Donald Dean, 1945
Sobrevivientes de Mauthausen.

 

SS Reichsführer (acrónimo de Shutzstaffel). Las SS eran unidades de protección, unidades de escolta del partido nazi; sin embargo, más adelante se ocuparon de los campos de concentración y de las unidades militares de combate. Himmler (en la imagen) ordenó que se les aplicara la protective custody (una especie de custodia protegida) a los presos que lucharon como voluntarios a favor de la República. Pero no fue suficiente para Adolfo.

 No se caracterizó exclusivamente por el terror y total control directo de las SS, aun cuando la violencia siempre estuvo estructural y físicamente presente; en todo momento era posible morir y ser asesinado. No obstante las cosas eran probablemente, del todo distintas para ciertas categorías de internos como, por una parte, los "prominentes" del campo" (los Kapos), sus ayudantes y amigos los "privilegiados", y por otra, los llamados "parias", el estrato más bajo de los "prisioneros normales". La tasa de mortandad variaba asimismo dependiendo de los periodos y de los Kommandos; fue especialmente elevado en torno a 1942. (Hay que recordar que Adolfo murió el 7 de noviembre de 1941) (Prólogo de Gerard Botz in Vilanova: 17)

 

 

 

 

Fuente: Celestino Uriarte-Gurs: prisioneros en el campo fuertemente vigilados
Nos cargaron a mil setecientos españoles en un tren. Tuve suerte, porque me tocó el vagón de atrás, donde solo éramos diecinueve: un pote de carne picada y para beber nada. Al llegar a Mauthausen el tren iba poco a poco: esperaban que llegara la noche, y a unos trescientos metros de la estación se paró... no nos desnudaron porque era de noche y pudimos dormir las cabezas de unos contra otros...” (Vilanova: 48-49).

 


Hay que mencionar que, según varios autores y movimientos memorialistas, el término guerra civil no es adecuado.Y en gran medida, a pesar de que la historia oficial la ha bautizado de ese modo, en sí no fue una guerra entre civiles; en realidad, se trató de un régimen que impuso un dictador que, como militar, se valió de la guerra y del sufrimiento, es decir, del terror, para conseguir su hegemonía política.Lo único que hicieron los ciudadanos fue luchar por la justicia y por la vida.Consideramos importante realizar esta observación.

 

1La batalla del Ebro fue una batalla librada durante la Guerra Civil española. Fue la batalla en que más combatientes participaron, la más larga y una de las más sangrientas de toda la guerra. Tuvo lugar en el cauce bajo del valle del Ebro, entre la zona occidental de la provincia de Tarragona (Tierra Alta) y en la zona oriental de la provincia de Zaragoza (Mequinenza) y se desarrolló durante los meses de julio a noviembre de 1938. Constituyó el enfrentamiento decisivo de la contienda ya que en ella se decidió el derrotero final de la Guerra Civil, en un contexto europeo inmerso en la crisis de los sudetes que parecía a punto de estallar la guerra europea en la que quedaría unida la guerra de España. Aunque los ejércitos republicanos lograron obtener una importante victoria inicial, fue imposible evitar la derrota final del bando republicano tras la sangría en hombres y material del Ejército Popular de la República que se produjo durante la batalla; después de cuatro meses de lucha las tropas republicanas volvieron a cruzar el río Ebro. Tras esta importante derrota, quedó sellado el destino de la Segunda República Española.

 

[2] Lluís Ferran de Pol (Arenys de Mar 1911 - Hospitalet de Llobregat 1995) fue un escritor catalán. Durante la guerra civil española fue instructor de milicias y luchó en el frente de Aragón; se marchó a Francia, donde fue internado en el campo de Saint-Cyprien.

 

 

Bibliografía:
Chueca, J: Gurs. El campo vasco. Txalaparta.Tafalla. 2007.
Ferran y Pol, L. (2003): Campo de concentración (1939). Publicacions de l'Abadia de Montserrat-Ajuntament d'Arenys de Mar.
Vilanova, M. (2014): Mauthausen, después. Voces de españoles deportados. Cátedra: Madrid.